domingo, 7 de septiembre de 2008

Últimamente ya no lo digo. No tengo ganas de sentir el espesor del silencio que sigue a la afirmación. Ni de dar la explicación al por qué que le sigue.
Sin embargo ya casi pasados los treinta y mientras muchos de mis amigas, compañeras de facultad se preparan para la maternidad como algo natural la afirmación suena cada vez mas real.Con la fuerza de las convicciones. En realidad siempre lo supe.
Cada vez mas la larga carrera por la maternidad que emprenden tantas mujeres con sus parejas para lograr el sueño del hijo propio (cual si fuera un objeto de consumo) me parece más frívola. Ser madre es ser mártir. La idea de la maternidad me parece cada vez más lejana, cada vez menos propia, cada vez más un concepto social que un deseo real.
Tengo una amiga de 38 años que hizo un tratamiento de fertilidad que le costó unos 10.000 euros. No solo arriesgo la estabilidad económica de su familia sino que arriesgo su propia vida. El tratamiento no tuvo éxito, el día que le vino la menstruación sus padres, hermanos, marido y suegros lloraron. Parecía que se había muerto alguien. Es que la falta de hijos aun en el siglo XXI se sigue viviendo como un fracaso personal.
Casi al mismo tiempo estudiaba Filosofía en Facultad. Hubo un concepto que me ayudo un poco. Una feminista afirmaba que las revoluciones sociales que siguieron a la ilustración y que propiciaron la libertad como concepto básico del Hombre. Esas ideas nuevas y vivénciales que trascienden hasta nuestros días y que cambiaron el mundo para siempre, sucedieron puertas afuera. En los hogares esa revolución nunca se produjo. La sociedad familiar sigue siendo una sociedad con estructura feudal.Entonces no puedo dejar de estar llena de preguntas ¿nacemos las mujeres con el chip de la maternidad instalado? y por lo tanto ¿ todas las mujeres son buenas madres? o ¿es la sociedad las que nos dice que tenemos que querer ser madres? ¿ que pasaría si a los niños se les regalaran muñecos con pañales y las niñas pelotas y soldaditos para luchar?.
Los conceptos de maternidad y paternidad están tan bien diferenciados desde la infancia que llegan hasta la madurez con sorprendente fijación. Los roles no se cambian. Habiendo trabajado en Derecho de Familia puedo afirmar que ser madre es un trabajo de 24 horas los 365 días del año. Ser padre es en la gran mayoría de los casos pagar una pensión alimenticia y aguantar al bicho un par de fines de semana al mes.
Cuando una mujer decide ser madre debería tener bastante claro que debe estar en condiciones de sustentar al retoño por su cuenta porque la ayuda paterna es absolutamente relativa.Todo sin entrar a valorar el hecho de ponerle el cuerpo a la situación por 9 meses, y después transformarse en fuente de ordeñe por un año. Ahora la pregunta es ¿quiero eso para mí? La respuesta es un terminante NO. No es la vida que quiero. Mi madre postergo su vida, su tiempo libre, y su carrera profesional por mi. Ella nació en una época en donde no creo que hubiera otra opción.
Más de una vez me ha dicho que jamás se hizo estas preguntas. Ni hablar mi abuela y sin embargo tengo serias dudas de que la mayoría de mis contemporáneas se lo pregunte.

3 observaciones:

Anónimo dijo...

quien ha escrito esto?xq tu no,esta claro q no hablarias tantas veces en femenino,ademas a ti no t queda lsa opcion de preguntarte si quieres ser padre biologico,xq te recuerdo que tienes hecha la vasectomia

9 de septiembre de 2008, 21:49
Anónimo dijo...

Otra k lo konoce, jejeje, ilusa

10 de septiembre de 2008, 0:26
Anónimo dijo...

jue tio yo creo que se nos despireta el instinto materno y que no se entere mi hija pero es que somos idiotas!!! yo una y no mas santo tomas.
y la quiero con el alma.

un saludo.

21 de septiembre de 2008, 10:52