lunes, 25 de enero de 2010

Esto lo escribí, hace un año, aproximadamente, hoy lo reproduzco, porque ha vuelto a ser noticia esta misma mañana y la verdad, sigo opinando lo mismo.


Hace algún tiempo puede leer en el diario Deia una entrevista a Jon M. Landa, quién por aquél entonces era Director de Derechos Humanos del Gobierno Vasco. Entre otras cosas, venía a decir, que el sistema penitenciario español es anticonstitucional, fundamentalmente porque no se respeta, entre otros, el PRINCIPIO DE REINSERCIÓN.

Todo esto viene a cuento, por un par de conversaciones que he tenido durante esta semana, con personas que se aproximan a la profesión del derecho y otras totalmente ajenas. Su argumento viene siendo el mismo, si se endurecen las penas habría menos delitos, estaríamos más seguros.

Así formulada la premisa, realizando una primera aproximación podría parecer acertada, pero analizada con una cierta profundidad, cabe concluir que la misma es totalmente errónea.

En primer lugar, porque desde el punto de vista fáctico se ha mostrado como ineficaz. Un aumento en las penas nunca ha llevado a un descenso en el número de delitos, nunca han tenido un poder disuasorio de tal entidad que alguien haya pensado, joder si hago esto me caen cinco años, cuando ayer me caían dos.
Como muestras, tres ejemplos; La política penitenciaria en la época franquista era mucho más suave que la actual. Las penas efectivas que cumplía un preso, con buen comportamiento y realizando trabajos dentro de la prisión, se podría quedar en un tercio de su condena, ahora, con una política penitenciaria más dura, el ÍNDICE delictivo es muy superior al de hace cuarenta años.
El segundo ejemplo lo encontramos con los países que aún mantienen la pena de muerte, algo abominable hoy en día, y aún así países “desarrollados” como Estados Unidos, Japón, China y otros como Cuba, Egipto o Brasil la mantienen (hay unos 90 en esta situación) ¿La pena de muerte disuade a las personas de delinquir? Un simple vistazo a las tasas delictivas de algunos de estos países nos dice que no, la pena de muerte no tiene trascendencia determinante a tales fines.
Y el tercer ejemplo lo tenemos en España desde hace un par de años. EL CARNET POR PUNTOS. ¿Qué resultados prácticos ha tenido?¿Hay algo más allá de un afán recaudatorio? El primer año el gobierno nos contó que era eficaz, que ayudaba a reducir la mortalidad en carretera, etc. etc. Todo mentira. La gente sigue corriendo, sigue bebiendo antes de conducir, es cierto que mueren menos, pero se debe fundamentalmente, a la mejora en el parking de vehículos y a la mejora de las carreteras, lo demás, son milongas y buenas campañas publicitarias.

Desde el punto de vista jurídico, un aumento en las penas podría considerarse hasta inconstitucional. Vulnerando principios claves del derecho penal español, principios que deben ser respetados. El derecho penal español no es un derecho “de castigo” es un derecho de reeducación, destinado a la reinserción de quién infringe la ley en la sociedad y es hacía allí dónde debemos caminar.

Las peticiones que están realizando determinados colectivos, como la familia de la niña esta que se han cargado en Sevilla o la del caso Mariluz (ya di mi opinión en otro post) no es más que el recurso del pataleo, que no puede ser acogido en un país y una sociedad como la que vivimos.
La cadena perpetua no va tener efectos disuasorios, es más, podría ser contraproducente en determinados casos, porque, si yo sé que entro en un banco, lo atraco y mato al guardia de seguridad me caerá la misma pena que si me cargo a todos los que están en el banco, por lo tanto, me los cargo a todos y que no queden testigos, total, el resultado va a ser el mismo, da igual matar a uno, que poner una bomba en el metro de Madrid.

Pero a los medios de comunicación le va el morbo y amparan este tipo de peticiones. “Le dan bola” de manera vergonzosa a estos casos, niñas, menores de edad, con una muerte en extrañas circunstancias y un personaje “condenado” por los medios de comunicación con algún tipo de tara social o mental. Estas familias, dolidas y con “sed de sangre” mientras le son útiles, mientras dan audiencia y a veces, como hizo la semana pasada ZP, dan votos a algunos partidos.

Que maten a alguien de tu familia debe ser jodido, debe ser duro, pero todos los días, unos mueren y otros nacen, todos los días se cometen delitos y la cadena perpetua no va a cambiar esto, por lo que dejemos de escuchar tonterías, proponer remedios absurdos e invirtamos en educación, bienestar social y empleo, que será la mejor manera de reducir el índice delictivo de este país. Lo demás, cantos de sirenas.

martes, 19 de enero de 2010


Me encanta este país nuestro que se llama España, este país en el que es noticia en todos los telediarios y periódicos serios ese pedazo de concierto de Alicia Kiss, de nada más y nada menos que cincuenta minutazos, a alguno se le hizo largo y pesado, sobre todo a los que no entraron.

Me encanta este país en el que nos volcamos como locos a ayudar y colaborar con Haití, que no digo que no se haga, porque bastante tienen con lo que tienen, pero que no somos capaces de darle un cigarro al pidepelas de la esquina que lo vemos todos los días (y lo digo por mí, entre otros).

Me encanta este país en el que una entrevista con un tal Arturo, cuyo mayor mérito en la vida ha sido follarse a tres o cuatro tías en una casa, tiene más audiencia que una entrevista con el Presidente del Gobierno, imaginaos si hablasen las paredes de mi antigua casa, cuantas entrevistas tendría.

Me encanta este país en el que está más perseguido por la ley, por la policía y por los órganos judiciales la descarga de una canción del emule que la apropiación indebida, el tráfico de influencias, el cohecho o la corrupción.
Me encanta que la SGAE (sociedad general de autores españoles o eso dicen ellos, porque a muchos ni los representan) entren en bodas, banquetes y comuniones, y ahora ya en las peluquerías, como si de una macrodiscoteca se tratase.

Me encanta este país, porque es el único país en el que más de trescientos frikis se presentan a un concurso obsoleto, caduco y aburrido llamado EUROVISIÓN.
Me encanta que se presenten tipos como Leonardo Dantes, Ángel el Divino, Car-man y Robin, El Che Manchego y muchos más. Me encanta esa puñalada trapera a la industria discográfica, igualmente caduca y obsoleta que tenemos en este país que le dieron hace dos años con el “Chiquilicuatre” y me encantaría, que recibiesen ya, el tiro de gracia este año con Karmele Merchante.

Votemos a Karmele, que vaya a Eurovisión, que nos represente, al menos nos reiremos escuchándola cantar en directo, si es que se le puede llamar cantar a lo que hace. Más ridículo que en otras ediciones, no vamos a hacer, o ¿alguien se ha olvidado del año de la “Gorda de España”, esto Rosa y sus acompañantes de programa con una coreografía patética? O ¿la del año pasado que no recuerdo ni como se llamaba y quedo la última o por ahí?

O mejor, no votéis a Karmele, votadme a mí, que yo también quiero ser famoso, rico y vivir del cuento. Que yo quiero dar conciertos de cincuenta minutos, ser aplaudido, fotografiado y marcharme a mi cinco estrellas gran lujo a dormir, tal y como hizo ayer, Alicia Kiss, pero ella es un artista y yo un cualquiera con un blog en el que soltar mi mierda, como tú, como todos, pero da igual, porque nos encanta este país, o ¿quizás no?