viernes, 28 de septiembre de 2007

Imagina la estampa... calcetines blancos con rayitas rojas y negras, las “Niké” Corbalán, unos vaqueros destrozados, que te los has cortado por encima de las rodillas en un alarde de diseño e imaginación, y una camiseta del Real Madrid de cuando perdió la primera liga en Tenerife. Para rematar el pelo pincho, todo para arriba, engominado hasta las cejas y unas gafas de sol del todo a cien, que antes como no había, pues las sacarías de alguna promoción de coca cola.

Pues con esas pintas te presentas un domingo por la tarde, en la esquina del quiosco de la plaza, a las seis en punto de la tarde, con un calor de cojones, y aparece la tía con la que ayer estuviste hablando y conseguiste engañarla para tomar un café.

Claro, ella te ve, te mira y dice “no vuelvo a beber en mi vida”. Tu pones tu sonrisa de profidén, esa en la que se te ven los paletos amarillentos, vas hacia ella, y caballerosamente le dices “joder tía, me pareciste más guapa ayer, pero no estás mal del todo”.
Ella, como es una señorita, vale los caniches también dan asco y no por eso les pegas una patada cuando pasan por tu lado, para eso está tu rottweiler, pues te suelta “tu tampoco estás mal, aunque cuando me tome las doce copas que llevaba ayer seguro que te puedo mirar a la cara”

Total, que como los dos, más que perros, sois chusqueles, pues os engancháis en cualquier rincón del parque y a disfrutar.
Que esa es otra, mira que somos gilipollas cuando tenemos quince años, algunos lo seguimos siendo con veintitantos, pero nos vamos a un parque, un domingo a las seis de la tarde y damos como cien vueltas al parque tratando de buscar un lugar, en el que creemos, que nadie nos ve para poder tocarle al chiguagua que llevamos al lado un poco las tetillas ¡Pero imbécil, si no quieres que te vean con ella ponle un burka!
En fin, que estamos en el parque, tirados en la hierba, ella no tiene ojos para ti, solo escote, y os dais un beso de esos de los que te dan asco después de follar pero que antes es necesario porque sino sus labios no se humedecen, y levemente le rozas una tetilla, con la muñeca derecha, como sin querer, y como ves que no dice nada, pues le rozas la izquierda, pero ya con la mano, y te sientes como Julio Cesar en las Galias.
Tu mientras sigues a lo tuyo, besándola, metiendo tu lengua hasta que no da más de sí, y tratas de estirarla, cuando vas y le desabrochas un botón de la camisa y suavemente deslizas tu mano hasta su pezón “más despacio que nos estamos conociendo” ¡¡Pero hija de la gran puta!! estamos tirados en el césped, entre dos arbustos del parque
los abuelos descojonados de nosotros, me estás tocando la polla con tu mano derecha, te toco un pezón y me dices que más despacio?
Es para matarla o no es para matarla.

Bueno, con eso cuidado, es una manera de hablar,
me refería a que en ese momento te deberías levantar, subirte los calzoncillos, limpiarte la polla con su blusa y marcharte a tu casa, un poquito de dignidad.

jueves, 27 de septiembre de 2007

Ser guapo no tiene mérito, la vida es más fácil, las
camareras te sonríen, las niñas quieren ligar contigo, en las
entrevistas de trabajo lo tienes más fácil, seguro que te
cogen en Zara para trabajar.
Ser feo tiene mérito, porque, ¿Qué nos preguntamos cuando
vemos a una niña impresionante con un guapo? Pues nada, es lo
normal ¿pero cuándo es con un feo?
En ese momento ya empiezan las especulaciones: será gracioso,
buena persona, tendrá dinero y la más habitual, ¿cuánto le
medirá?
Si, porque un feo no tiene derecho propio para estar con una
guapa, tiene que tener algo que no sea común, que sea
terriblemente desproporcionado.
Además, los guapos siempre tienen que ir arreglados,
cuidados, el pelo perfecto, afeitaditos… los feos no, que más
da, tu ponle al Fary una camisa de flores, a que no da el
cante, pues eso.
Lo mismo pasa con las chicas, una guapa, parece que lo tiene
más fácil, aunque pensemos que es tonta, o que ha llegado
27
donde está porque se ha acostado con no se quién. Una fea…
pues lo mismo, imagina a Rosi de Palma casada con Brat Pit.
¿Imposible? Tu que sabes como la chupa Rosi.
Además, que más da que Rosi de Palma se deje el pelo largo o
se rape la cabeza ¿te fijarías?
Vivimos en una sociedad cruel, en la que lo que prima es la
imagen, el que dirán, el voy bien, gustaré, ligaré, prefiero
ser dependienta de tienda o administrativo, en el que el
valor fundamental es la tarjeta de visita y no el negocio que
hay tras ella, y eso me da lástima.
Aunque mi tarjeta de visita sea cojonuda.
Poco a poco te vas dando cuenta de tus preferencias en la
vida, de carne o pescado, ensalada por favor,
que es lo que quieres realmente y como quieres alcanzarlo,
aunque el fin justifica los medios y en el amor, la guerra y
los negocios todo vale. Yo lo voy descubriendo, aunque más
que descubriendo reafirmándolo.
Siempre he querido ser rico, bueno, no exactamente rico, sino
hacer siempre lo que me de la gana, pero para eso tienes que
tener dinero, porque nos gusté o no todo tiene su precio,
aunque no sea económico.
¿Te acostarías con un viejo de 90 años con sida y costras por
todo el cuerpo por un millón de euros? ¿Y si en lugar de
ofrecerte dinero te dicen que si no lo haces matan a todas
las personas que quieres?
¿Matarías por dinero? ¿Y por amor? ¿Y por tu madre?
Todos tenemos un precio, solo hay que saber negociarlo
Cuando eramos niños e ibamos por primera vez a clase teníamos miedo. Miedo a los nuevos compañeros, a como nos recibirían, cuantos amigos haríamos... en definitiva, miedo a lo desconocido.

Cuando somos adultos los miedos cambian, y es el colegio el que nos teme a nosotros... a lo desconocido. Una institución antigua, consolidada, creada para dar cobijo a sus colegiados, para ayudarles, defenderles, respetarles, ¿o no?

Yo diría que no. Existe un miedo a lo desconocido, miedo que provoca abusos, chantajes, amenazas, miedo a perder un estatus alcanzado que creen consolidado y que a duras penas saben mantener. Estatus que pretenden salvaguardar utilizando todos sus mecanismos coactivos a fin de seguir mangoneando, mintiendo, engañando y llenando sus cuentas bancarias de ceros a la derecha, que no hacen más que aumentar el miedo.

Mis queridos colegas, ilustres letrados que ejercéis desde esta tan "noble y culta" ciudad esta profesión... no tengáis miedo, no sufráis, que no os quitaré el pan de la boca, ni violaré a vuestras hijas, yo no lo haré. Quizás, con el tiempo serán ellas las que entren en mi cama, o serán vuestros clientes los que no os den más panes, quizás algún día os déis cuenta, que nada ni nadie o quiere robar, no sintáis miedo, pues no existen motivos para tenerlo.

Solo una cosa es cierta, quién abusa de su derecho antes o después, lo pierde.