jueves, 25 de octubre de 2007

¿Quién es más hipócrita, él qué miente o él qué se lo cree?
¿Quién no ha mentido alguna vez?
Todos somos mentirosos, nadie dice la verdad, incluido tú, que ahora estás leyendo esto y crees que eres el paradigma de la sinceridad.
Mentimos a nuestros amigos, clientes, familiares, ligues y lo más grave, a nosotros mismos.
La mentira es algo innato al ser humano, a nuestra esencia, es lo que nos hace diferentes del resto de animales.
¿Tu perro te miente? NO. Cuando tiene hambre, sed o ganas de salir a la calle te lo “dice”. Cuando está enfadado porque en todo el fin de semana no le has hecho ni caso, te lo “dice”.
Pero, ¿tu pareja te miente? Sí, y tu a ella. Cuando te dice que bien te queda esa camiseta, o que le ha gustado la mierda de película a la que le has “obligado” ir a ver, o si le cae bien tu madre, pues que va a decir el pobre…
Tus amigos son cojonudos, los mejores, pero también te han mentido, porque estoy seguro que no eres esa persona perfecta y divina que ellos te hacen ver, porque el día que tu antiguo novio te puso los cuernos te dijo que él era un gilipollas en lugar de decirte que lo tratabas como un perro o el día que te dio esperanzas en que el chico aquel que te gustaba algún día te invitaría a cenar, cuando realmente sabía que se quería zumbar a tu amiga.
Y tu familia? Los más mentirosos, que guapo eres, que inteligente, que patatín que patatan.
Pero lo más triste es la mentira que se dice a uno mismo. Esas, que además nos creemos de la manera más ferviente y consolidada. Esa mentira que nos dice que algún día tendremos al tío que tanto deseamos, o trabajaremos en la empresa de nuestros sueños, o que el sexo por el sexo es una mierda. Esa mentira que nos convence de seguir buscando el amor eterno y verdadero, esa mentira que no nos deja ser nosotros mismos para convertirnos en lo que los demás quieren que seamos.

Pero, ¿todos nos mentimos? Sin duda alguna, todos, en mayor o menor medida, pero todos lo hacemos, porque al fin y al cabo, esas mentiras suelen ser nuestras ilusiones.