martes, 14 de octubre de 2008

De tanto paleto, charrito incontrolable e incontenido con dos copas de más o dos copas de menos, de aquel que se ríe solo en la terraza del clavel, del payaso del grupo, del listo, del torpe o del pasado. De los pijos, los cachitas, de los que van de guapos, de los feos, del mierda que baila bien y del que no se mueve de la barra. Del cornudo, que al final lo somos todos, del cabrón, del simpático, del hijo de puta caprichoso como yo. De quién no tiene estima por sí mismo y mucho menos por su ausencia, lo que descansé cuando te fuiste, del que llora mientras sueña y sueña con tocar pelo púbico ajeno. Del que lee mi blog sin leer entre líneas, del que se mete rayas, del que se folla muertas, del erudito, del inculto, de mi padre, que culpa tendrá el pobre, si ya cumplió penitencia con aguantarme, de ti. Anda y que os den por culo a todos

3 observaciones:

Anónimo dijo...

El orgullo engendra al tirano. el orgullo, cuando inútilmente ha llegado a acumular imprudencias y excesos, remontándose sobre el más alto pináculo, se precipita en un abismo de males, del que no hay posibilidad de salir.

autor: Sócrates

14 de octubre de 2008, 1:47
Anónimo dijo...

Tu cara está de más, tu cará está de más, por muy guapo que seas, tu culo está detrás.

Autor: El Principe de Bell Air

14 de octubre de 2008, 3:47
Anónimo dijo...

Una verdad como un templo....al final cornudos lo sois todos..que os den por culo.

14 de octubre de 2008, 15:57