TENGO EL CORAZÓN DE HIELO

¿Cuántas veces hemos escuchado decir a una chica, paso de todos los tíos, son unos cabrones?
Un montón, si me diesen un euro por cada vez que un ser del sexo femenino dice eso podría comprame el reloj ese q vi en la tienda de Dior y tanto me gustó (nota para navegantes, valía unos 12.000 €)

Este tipo de afirmaciones tan rotundas, como “me voy a convertir en una hija de puta”, “voy a putear a todos”, “ninguno me interesa”, “o desde un tiempo a esta parte he cambiado mucho” se suelen dar por norma general y luego explicaré la excepción, cuando un tío pasa de ellas.

Sí, porque las tías es lo que tienen, que se enamoran, habitualmente después del segundo polvo, tal y como expliqué en otro post, se empiezan a hacer ilusiones, y son ellas solitas las que se montan una película de la hostia, en la que piensan que el final va ser igualito a Pretty Woman.
Y es en ese momento cuando llega el palo, cuando le dicen a su follamigo, que están pilladas por él y que les gustaría pasar más tiempo juntos, cuando, el tío, que se da cuenta que la nena está como una cabra, le dice, fue un placer conocerte y aún más dejar de verte.

El mundo se les viene encima, lloran, gritan, llaman a las amigas para cagarse en la madre del cabrón ese, y si algún día se lo cruzan por la calle, hacen como si no lo conociesen, olvidando como se corría en su boca hace unos días.
Pero eso si, desde ese mismo momento, su corazón es de hielo, un laberinto impenetrable, aunque pensándolo bien, ¿quién querría hacerlo? Yo NO.

Y después está la excepción, esas tías, como diría yo, FEAS, GORDAS, DESAGRADABLES A LA VISTA (imaginaos al gusto) que como no pueden tener a ningún tío q ellas consideran medio decente para ellas, van de tipas duras, de perdona vidas y que realmente, lo que les jode, es no poder follar en su puta vida, con un tío que realmente las ponga cachondas.
Aunque para gustos los colores y para locos, estos especimenes.