miércoles, 29 de septiembre de 2010


Supongo que estaréis hasta las narices de la huelga, no por la repercusión que haya tenido, sino por lo pesados que se han puesto todos los informativos.
Si bien es cierto, que es noticia, ya que una huelga general debe paralizar el país entero, la de hoy, no ha servido absolutamente para nada. Todos los establecimientos abiertos, bares, tiendas, supermercados, despachos de abogados, clubs de carretera... nadie ha hecho huelga.
Quizás tres o cuatro sindicalistas, esos que no van a trabajar ni un solo día del año, que reciben sus nóminas puntualmente y se dedican... ¿alguien sabe a qué se dedican? A joder el país, por si no estuviera bastante jodido. ¿Qué coños pinta una huelga general un día como hoy? ¿No hubiese sido más eficaz plantearla hace doce o veinte meses? ¿Qué van a conseguir? O mejor dicho ¿Qué pretenden conseguir?
Porque ya os adelanto, que nada de nada, y más si el seguimiento es ridículo -3% en la administración, 0% en justicia, 0% en clubs de carretera...- Lo único que han conseguido, ha sido, que algunos cerrajeros y cristaleros ganen más pasta un día como hoy, que la gente haya madrugado más para ir a trabajar, y que el consumo haya sido inexistente.
Y los piquetes, qué decir de los piquetes, que ni son piquetes ni nada. Cuatro gatos mal peinados y peor vestidos, sin nada que hacer, más que joder a quién quiere trabajar. Me parece estupendo que hagan huelga, cómo si no quieren volver a sus puestos de trabajo, seguro que hay muchos empresarios que les pagarían dinero por no hacerlos, más de un finiquito caerá, pero cojones, dejad en paz a los que quieren trabajar, a los que como a mí, este día es un día más y esta huelga es algo tan inútil como quién nos metió en esta crisis y quién no nos puede sacar de ella, por cierto ¿conoces a alguien que hoy haya hecho huelga? Preséntamelo.

domingo, 5 de septiembre de 2010

En ocasiones, deberían tratarnos como a niños, porque así nos merecemos que lo hagan, enviarnos a esa esquina, cara a la pared, como lo hacían en mi época del colegio o al rincón de pensar, como dicen ahora, políticamente más correctos.
Somos mayorcitos para tomar nuestras decisiones, para equivocarnos, para cagarla, pero después, no tenemos cojones de limpiar nuestra mierda, de enmendar errores, ni siquiera somos capaces de decir lo siento.
No lo hacemos en nuestra vida personal, profesional, sentimental, no lo hacemos con amigos, con familia ¿por qué hacerlo con quién no conocemos?
Siempre creí que decir lo siento, era un fracaso, y quizás lo sea, es asumir el error cometido, sea grave o no, y reconocer el fracaso propio cuesta, no sabéis como, y por ello, nos deberían mandar, al rincón de pensar.