martes, 29 de junio de 2010

Lo único que perseguía esta última parte del blog, era perseguir la mentira, la hipocresía, la falsedad que nos cuentan y que nos creemos.

Los engaños que los medios de comunicación, poderes políticos, económicos y sociales nos cuentan día a día, pero tuve un pequeño error… olvidarme del día a día, de las chonis, de los macarrillas de gimnasio y garrafón, de los que en ocasiones nos rodean y otras nos bordean.

Los embustes de, a quiénes, de una manera u otra, le otorgamos un trocito de confianza, de corazón helado derretido que es absorbido por una pajita, cuál mojito, muy muy dulce.

Esa falacia de la cercanía, nos nubla la vista, condiciona nuestro objetivo conocimiento, por no sé muy bien, que mecanismos psico-sensorial o tal vez por alguna droga disfrazada de endorfina.

Y cuando te das cuenta de la mentira, del error auto provocado y quieres rectificar, quizás sea tarde, porque quién realmente sabes que jamás te ha mentido, también lo ha hecho, y al final, tan solo nos engañamos a nosotros mismos, los que realmente importamos.

Pensadlo, porque la confianza, cada día, da más asco.

jueves, 10 de junio de 2010

El surrealismo, ese movimiento artístico que nació hace casi cien años, cuando Tomás Bretón escribió en 1924 el manifiesto surrealista, encuentra hoy, en España su máxima expresión; y no es porque hayan resucitado Miró, Buñuel o Dalí, ni porque vayan a emitir una nueva edición de Operación Triunfo ¡no! Es por la cantidad de tonterías que he visto y escuchado en los últimos días.

Ahora resulta, que el Partido Popular es el partido de los trabajadores, de los pensionistas y de los desfavorecidos. Es el que alienta a los sindicatos para que convoquen una huelga general, cuando fueron ellos quienes manipularon la información cuando Aznar se encontraba en el poder y no le dieron ni bola a la huelga general, de aquel 20 de junio. Aún recuerdo el ridículo de la rectificación y pasará a los anales de la historia como la primera Sentencia en España por manipulación de información. Pues estos que manipularon, hoy incitan a la huelga, esos que hoy claman al cielo por la congelación de las pensiones, en su día no es que las congelasen, es que las bajaron, esos a los que jamás se les ocurrió, en ocho años de gobierno crear el “cheque bebé”, la ayuda a la dependencia, o la ayuda a la emancipación.

Surrealista me parece que algunos funcionarios propongan una huelga de “bolígrafos caídos” como he escuchado por ahí ¿pero no se tocan los cojones bastante ya? Si son tan vagos, que por no ir, no van ni a la huelga cuando ellos mismos la convocan, que no ha ido nadie, que los que faltaron a su puesto de trabajo el otro día no es que hicieran huelga, es que unos tenían días “moscosos” y los otros médico.

Surrealista, es que cuatro bomberos se planten en la bolsa de Madrid con tres pancartas reclamando no sé qué, mientras un gatito maullaba en un árbol y no fueron a salvarlo.

Surrealista me parece que todos los informativos dediquen veinte minutos a la información de un Mundial de Fútbol, como si ganarlo fuese a sacarnos de la crisis. Que por cierto, para estos que juegan al fútbol no hay crisis. Se van a llevar 600.000 euros por cabeza si ganan el mundial, 600.000, no me he equivocado. Dicen los cachondos que donarán parte a una ONG, si lo tenían que donar todo, es más, no tenían ni que cobrar, suficiente tienen con todas las campañas publicitarias que hacen. Pensadlo bien, son 23 jugadores, más técnicos, fisios, médicos, utilleros, etc. Aproximadamente, la victoria en el mundial, le cuesta a las arcas públicas, es decir, a ti y a mí, 30 millones de euros. Que les den por el culo y que pierdan todos los partidos.

Y por último, surrealista me parece que se gasten un montón de pasta en seguridad para proteger a los tíos más ricos y poderosos del mundo que se reunieron en Sitges la semana pasada, pero aún más surrealista, me parece, que se vayan a gastar más de 40 millones de euros para que el Papá, ese que es el jefe de la secta pederasta por excelencia, venga a Madrid a tomarse unas cañas y a follarse a algún niño, hijo de algún pijo de Opus Dei, y para rematar la faena, como ya he dicho antes, vuelve Operación Triunfo, si más surrealista este país, no puede ser, punto y a comer, que va siendo hora.