miércoles, 29 de julio de 2009

Ahora que me fijo, ¿cómo has engordado no?
Aún recuerdo cuando estabas buena y yo, loco por ti. Cuando tenías un cuerpazo que quitaba el hipo, cuando era la envidia de los babosos que solo podían mirar mientras cogía tu cintura en alguna terraza de moda, de las que estaban por aquél entonces de moda.
Como tu cuerpo, ahora orondo, grueso, fornido, sin lo estilizado de hace algunos años, sin esa figura, que como la de casi todas, has perdido y das pena.
Pena, no por tus curvas, que ahora es una, sino por tu halo divino que, eso sí, bien conservas, porque otra cosa no, pero de diva, reina y señora, vas, como ibas antes, como lo eras antes, pero es que antes podías. Ahora como mucho, puedes aspirar, que habrás aspirado mucho para ponerte como te has puesto, a meterte en una talla cuarenta y dos, salir con un cajero de la Caixa o tener hijos, porque el glamour, si alguna vez supiste que era eso, lo perdiste hace tiempo.
Porque estoy hasta la polla de gordas que estaban buenas y van de divinas, que antaño merecían la pena y ahora una muerte digna, que ayer me la ponían dura con mirarlas y hoy, no las miro por no tener un desprendimiento de retina.

martes, 21 de julio de 2009


Las mujeres sois muy tontas.
No sois capaces de abrir los ojos a la realidad. Os engañáis a vosotras mismas, a vuestro ego, a vuestro intelecto. Fingís sentimientos que no tenéis y esperáis que sea recíproco, que os queramos, os amemos y os hagamos únicas.
Os sentís afortunadas con un mensaje, una llamada de teléfono, una mamada a las cinco de la tarde en un banco de mierda del parque fluvial o un guiño por Messenger. Os lo creéis todo.

Que más da si el tío es un fantasma, un cabrón, un pringao, un muerto de hambre o un eyaculador precoz. Vosotras veis a Edward Cullen, ese tío inteligente, ingenioso, con un toque de misterio que lo hace atractivo, con una mirada desviada que lo hace sexy, con magnetismo y con mucha imaginación.
Porque la verdad, hay que tener imaginación para tragarse una mierda como la de Crepúsculo, yo me fío de Ángel Martín, porque obviamente, algo así, no va conmigo.

Pero hablaba de vosotras, que tan ciegas de amor estáis, tan hipnotizadas por una belleza irreal, como desprendéis odio cuando realmente os dais cuenta que sois meros títeres en manos de alguien a quién nada importáis, que nada significáis más que algún polvo de compasión, una noche en la que no ponen nada interesante en la tele.

viernes, 10 de julio de 2009

Dicen que el Orgullo es una fiesta, una jornada en la que los “invertidos” reivindicamos nuestros derechos, civiles y sociales, que todo se envuelve de un velo político, pero realmente no es así.

Es una fiesta, del sexo, del puro sexo, que todo lo impregna, que todo lo inunda. Todo gira alrededor del cuerpo, de la insinuación, de enseñar abdominales, brazos, culos, tetas, de guiñar el ojo, de sonreír, de ligar, de follar.

Cualquiera, el que sea, te mira, te toca, te dejas, te gusta. Cualquiera, da igual, ese día no hay clases, ni guapos ni feos, ni tan siquiera famosos inalcanzables, porque hasta esos, buscan sexo, esa noche.

Es la forma de decir aquí estamos, porque hemos venido y porque hemos follado, es la manera de diferenciarse de los heteros, con la desinhibición, la libertad y el libertinaje, que por un día coinciden, que por una noche, a nadie extraña, que por una sola noche, tan solo una, no preguntas el nombre, no dices nada, tan solo sudas, de placer.

Y da igual si has follado con una chica, con un chico, con los dos o con cuantos has querido, porque después de esa noche, todo volverá a ser igual.